Existe una mancha repugnante de 3,4 millones de kilómetros cuadrados de desechos situada en medio del Océano Pacífico. El 80 por ciento de esos restos los producen fuentes terrestres y el 20 por ciento restante, los barcos.
Los desperdicios se agrupan en un remolino provocado por corrientes, que impide que se dispersen hacia las costas.
Constituye casi un verdadero continente, un vertedero mundial.
La llamada Isla Basura va en aumento y no solo tiene repercusión a causa del daño que crea al medio ambiente, sino que también constituye un clima perfecto para el desarrollo e incubación de especies como la de una araña acuática invasiva, que puede llegar a cambiar todo el ecosistema.